Este programa de seguridad vial, nace en Suecia en 1997, luego de un proceso de 40 años en la implementación de medidas tendientes a reducir los muertos y heridos en hechos de tránsito.
Cuando se aprobó el programa Visión Cero, de seguridad vial, los proveedores, las autoridades y los usuarios del sistema de tránsito de ese país cooperaron en la fijación de metas y otros criterios de eficacia.
Históricamente, los promotores de la seguridad vial han tenido que hacer valer sus argumentos frente a quienes sostienen que la seguridad vial sale demasiado cara a los países. Sin embargo, los hechos apuntan a lo contrario. En los países de ingresos altos, el dinero empleado en mejorar la seguridad de los caminos ha demostrado ser una excelente inversión que aporta una rentabilidad financiera anual situada entre el 9% y el 22%. Esto es, el gasto en seguridad vial se ha visto más que compensado por el ahorro en el costo de los traumatismos por hechos de tráfico.
El objetivo primordial es un sistema de tránsito es el que no se produzcan muertes ni lesiones graves por choques.
Tiene una estrategia a largo plazo encaminada a mejorar gradualmente la seguridad vial hasta conseguir el objetivo.
Se fundamenta sobre cuatro principios:
Ética: la vida y la salud del ser humano son lo más importante; tienen preferencia sobre la movilidad y otros objetivos del sistema vial de transporte.
Cadena de responsabilidad: los proveedores, organizaciones y usuarios profesionales son responsables de la seguridad del sistema.
La responsabilidad de los usuarios es la de cumplir las normas y la legislación. Si los usuarios viales no cumplen las normas y la legislación, la responsabilidad recae sobre los proveedores del sistema.
Filosofía de seguridad: los seres humanos cometemos errores; los sistemas de transporte vial deberían reducir al mínimo las posibilidades de error y los daños ocasionados en caso de error.
Mecanismos del cambio: los proveedores y organismos de control del sistema de transporte vial han de hacer todo lo posible para garantizar la seguridad de todos los ciudadanos y todos los participantes deberían estar dispuestos a cambiar a fin de lograr circular sin incidentes.
Teniendo en cuenta el éxito de este programa en Suecia, la Organización Mundial de la Salud recomienda que todos los países, independientemente de su nivel de resultados en materia de seguridad vial, adopten un enfoque en la materia orientado hacia un sistema seguro.
Este enfoque se apoya en las intervenciones de seguridad vial existentes pero replantea la forma en la que el público ve y aplica la seguridad vial. No existe un modelo único, cada país debe adaptar el programa a sus particularidades y debe sostenerlo en el tiempo como política de estado.
Aborda todos los aspectos del sistema de transporte vial de forma integral con el fin de asegurar que los niveles de energía liberada en un accidente sean menores que los que pudieran causar graves lesiones o víctimas mortales.
Requiere la aceptación de todas las responsabilidades compartidas entre los diseñadores del sistema y los usuarios de las carreteras.
Favorece el desarrollo de intervenciones innovadoras y las nuevas asociaciones necesarias para lograr los objetivos ambiciosos a largo plazo.
Todos somos parte del problema y todos somos parte de la solución.
Lic. Héctor H. D’Agostino
Conduciendo a Conciencia