Llega fin de año y los jóvenes próximos a egresar se preparan para festejar. Las fiestas de egresados se multiplican y se repite el ritual de “la previa”, un clásico en las juntadas adolescentes. Un ritual que por momentos toma características alarmantes.
La asociación juventud/ alcohol es algo histórico. Sin embargo en los últimos años ha crecido la cantidad de ingesta, se producen grandes mezclas, ha bajado la edad de quienes consumen, cada vez son más jóvenes. Antes el exceso de alcohol era más común en los hombres, hoy se da también en las chicas.
En muchos casos se toma hasta perder la conciencia y se asumen situaciones de riesgo.
Las previas reúne a los jóvenes en una especie de ritual donde se juntan, beben, comparten el momento y se instala el “sin limite”: tomar hasta que no quede nada.
El límite no es el propio cuerpo sino el límite es la finalización de lo comprado/ acumulado: “no hay más”. El límite no está adentro, desde un reconocimiento interno del “basta”, ”no tomo más”; el límite se espera desde el afuera, que alguien diga basta!. El abuso de alcohol y de drogas es una problemática de salud pública por la ingesta en sí misma, o por situaciones de violencia que genera y siniestros de tránsito que favorecen.
Las publicidades invitan a los jóvenes a consumir cada vez más tempranamente. Estas muestran grupos de amigos, divertidos, que la pasan bien; nos hablan “del Nsabor del encuentro”. Frases que hablan de “encuentro”, “pasión”, “sabor” y convocan a un ideal adolescente de amistad y diversión.
Los adolescentes se encuentran en muchos casos con padres que funcionan como amigos, desaparece el lugar de los adultos y los jóvenes quedan solos, intentando a “los golpes” ir descubriendo como resolver este pasaje angustiante que es llegar a convertirse en adulto.
Golpes que en muchos casos se transforman en tragedias.
En Abril de 2016, una fiesta electrónica Time Warp que se realizó en el complejo Costa Salguero, fallecieron varios jóvenes intoxicados con drogas.
Luego de esta tragedia se convocó a una mesa de dialogo en adicciones para limitar para abordar la problemática. Una de las propuestas fue en relación a la publicidad. Los jóvenes son invadidos por publicidades que los invita a consumir y adoptar valores desde su propia vulnerabilidad adolescente y que los deja desprotegidos.
La texto preparatorio de la ley planteaba la prohibición tanto en la vía pública como en el interior de los estadios y otros espacios donde se realice actividades masivas, pero finalmente la aprobación alcanzó para actividades masivas de carácter gratuito, quedando prohibida la “publicidad, promoción, patrocinio o financiación de actividades culturales, deportivas o educativas con acceso libre y gratuito, por parte de las marcas de bebidas alcohólicas”, de acuerdo al texto de la propuesta que fue consensuado por todos los bloques de la Legislatura Porteña.
La ley establece una excepción, las empresas podrían realizar publicidad en la vía pública pero el 75% del espacio del aviso debería ser ocupado por alguna frase que informe sobre el riesgo del consumo, como por ejemplo: “el alcohol al volante mata”, “el consumo excesivo es perjudicial para la salud” o “no bebas alcohol durante el embarazo”. El 25% restante podría contener el nombre de la marca o el logo de la marca.
Los sectores que agrupan a los productores de bebidas alcohólicas rechazaron la ley inicialmente y de a poco, lamentablemente, “de las tragedias la gente se va olvidando”, aprovechan para dar un paso más a su favor. Este año con la escusa que el vino fue declarado bebida nacional, se promueve su difusión, bajo un supuesto exaltamiento del “valor regional y cultural” se exceptuó de la prohibición de publicitar bebidas alcohólicas en la calle. Es así que se reglamenta a la ley vaciando el sentido del texto original y da pie así para futuros pedidos de otras empresas de bebidas alcohólicas que esperan recibir el mismo trato.
La problemática del consumo excesivo de alcohol y drogas, es en si mismo un problema complejo, con muchos factores que entran en juego: problemáticas actuales que se les plantean a los jóvenes, familia, lugar del Estado y sector privado. Es necesario poder trabajar cada uno solidariamente junto al otro para tener presente que el joven se encuentra en una etapa que necesita un apoyo, contención y no dejarlos solos en esta etapa de la vida, para que ésta no termine en una nueva tragedia.
“Porque sin duda alguna, El alcohol al volante mata.”
Lic. Lucila de la Serna
Conduciendo a Conciencia
Nota de opinión para la revista El Toque Warnes