El 8 de octubre de 2006 un grupo de estudiantes de Capital Federal volvían desde Chaco, de un viaje con fines solidarios, con la alegría de haber compartido su tiempo, ilusiones y amor con chicos que viven una realidad diferente. Pero 9 de ellos y su profesora perdieron la vida en un choque entre el micro en el que viajaban, conducido por alguien sin experiencia ni habilitado para hacerlo y un camión, cuyo conductor estaba alcoholizado, en una ruta no dimensionada para el tránsito que posee, suma de factores que dejó en evidencia la inexistencia de los organismos de control, y la ausencia del Estado.
Desde ese día, los padres, familiares y amigos de las víctimas luchan para ayudar a cambiar esta terrible realidad nacional, y redactaron un petitorio para reclamar a los gobernantes que la Seguridad Vial sea Política de Estado, para que nadie más muera en nuestro país por hechos de tránsito evitables. Han solicitado desde entonces adhesión al petitorio a toda la Sociedad.