Proyecto Antorcha de Vida

Proyecto “Antorcha de compromiso social por la vida”

Lic. Alejandra Cucien
Lic. Lucila de la Serna
www.tragediadesantafe.com.ar

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INTRODUCCIÓN:

El 8 de octubre de 2006 murieron nueve chicos y una profesora del colegio ECOS, en un siniestro vial en la ruta 11. El hecho aconteció como consecuencia de múltiples causas que lo posibilitaron. Por un lado, la falta de controles del Estado y, por otro, la falta de conciencia de los conductores en la acción al transgredir las normas: excesos de velocidad, no uso del cinturón de seguridad y manejar alcoholizado.
A partir de ese día nos propusimos trabajar para que la seguridad vial sea Política de Estado y para que la sociedad tome conciencia que este tema nos compete a todos y todos debemos trabajar para buscar soluciones que estén a nuestro alcance.
 

Estamos convencidos que muchos temas pueden estudiarse en la escuela. Si hay un déficit en contenidos estudiados, el futuro podrá dar oportunidades de sanearlos. Sin embargo, no sucede lo mismo con la problemática de la seguridad vial porque la educación vial es un tema de Vida o Muerte. No posterguemos su aprendizaje porque de esto depende el futuro de todos.

Consideramos que la EDUCACIÓN es un eje indispensable para que un cambio cultural sea posible. ¿Qué caminos podríamos seguir para lograrlo?

Entendemos la seguridad vial con una mirada solidaria hacia el otro: peatón, ciclista, conductor de automóvil, moto, micro y camión. Es necesario un cambio de actitud que tenga en cuenta el respeto por la vida propia y la del otro.
Para lograr una transformación cultural la vida debe ser considerada un valor esencial. Para ello, es primordial que los diferentes actores sociales asuman con responsabilidad  las consecuencias de sus acciones.

Las estadísticas nos muestran que la primera causa de muertes en jóvenes es por hechos de tránsito. Según la OPS, el 85% de las muertes por siniestros viales en el mundo se producen en países de ingresos medios y bajos. En nuestro país las estadísticas no son claras, pero se calcula un promedio de 22 muertos por día.

A corto plazo esta problemática se puede ir mejorando con un adecuado Control y Sanción. A largo plazo, la Educación puede producir cambios más estables y permanentes.

Entendemos que en nuestra sociedad rige una cultura de transgresión en la cual se ha perdido el sentido de las normas. Las leyes son creadas para el cuidado de los seres humanos, nos organizan, ayudan en la convivencia de todos y buscan el bien común. Sin conciencia de la importancia del respeto a las normas, se cometen acciones que pueden llevar a la muerte.
Esta transgresión a las normas, se sostiene en algunas creencias: pensamientos omnipotentes, creencias de inmortalidad, la idea de que “a mí no me va a pasar”. Pareciera que no existe el temor a perder la vida. No hay un registro del peligro, no hay un registro de la muerte como posible. Es necesario incorporar la noción de “pérdida” como posibilidad.

Antes que fallecieran nuestros hijos suponíamos que la muerte pertenecía a la categoría de “La ley de la vida”, que era sólo probable por el paso del tiempo. La muerte de un hijo era algo impensable. A partir de sus muertes nuestra valoración por la vida de ha transformado y la muerte se convirtió en algo cercano y probable. Hoy entendemos que es importante tomar conciencia de los riesgos y del peligro que posibilitan cuidar la vida de uno y de los demás.

La EDUCACIÓN posibilita un verdadero cambio cultural, intentamos transformar a esta cultura de muerte que hoy se ve en las rutas y calles de nuestro país.

Nos hemos acostumbrado a estas muertes, a sufrirlas y olvidarlas. Es un hábito recibir la información de tales desgracias humanas, a las que se las justifica como efecto del destino. Esta consideración no deja más que pasividad. El 90% de las muertes por hechos viales son evitables y es indispensable ir en la búsqueda de un cambio activo por parte de todos: hay una solución posible.

Proponemos este proyecto como alternativa de trabajo para los docentes de escuelas de nivel inicial y primario y los invitamos a apropiarse de él  llevándolo a cabo de acuerdo a las necesidades de cada comunidad educativa.