Benjamín Bravo de la Serna

Benjamín BravoBenjamín Bravo de la Serna, tenía 16 años, cumplia 17, el 8/11/06. Tenía una diversidad de intereses, le gustaba estudiar, conocer y así generaba conversaciones polémicas que disfrutaba muchísimo. Le gustaba mucho la música, formó una banda “Vento”, con la que trabajo intensamente hasta terminar su primer CD, hace muy poquitos días. Tocaba guitarra y cuando hacía sonar sus solos, siempre se escuchaba un “bravo gilmour” de su amigo Nicolás. En su novia Liz, gran compañera, descubrió el amor y el “teléfono” ¡tan adolescente! Lo que hacía era siempre acompañado de chistes y de una gran sonrisa franca que contagiaba. Nuestros amigos le decían que tenía la sonrisa más rápida del oeste. Soñador y luchador. Hijo compañero y cómplice. De palabras profundas mezcladas con enorme simpatía. Organizador de interminables zapadas en casa con todo aquel que se prendiera. Contador de interminables cuentos nocturnos para sus hermanos que generaban intrigas y risas. De Santi; era mucho más que hermano, eran grandes amigos, se admiraban mutuamente y cada logro de uno, pequeño o grande, era felicidad para el otro. Los problemas de sus amigos los hacia propios. Hoy ellos nos devuelven algunas de sus frases, que de alguna manera nos ayudan en estos días difíciles, en que lo extrañamos tanto: “Aceptá el cambio y saca lo mejor de él” y “que nada te haga perder tu luz”.